ATENCIÓN TSUNAMI + OWL CAPTAIN. La classe.
CRISTINA BERHÓ/ SALA PLANTA BAJA (Granada)
Volvemos a la clase. Este septiembre nos vamos con la gente bien. Elegancia nos trajeron al Planta Baja los amigos de Fuzzy Chain, a los que tanto nos gusta acompañar. En una fecha ambiciosa y arriesgada, por comienzos de curso temblorosos y conciertos vecinos ruidosos. The Owl Captain nos recibía en su black lodge (para que luego digan que no se avisa), en una oscuridad bien brillante, con quejidos, con épica y con contratiempos. Gonzalo Ruiz, con garganta y guitarra, presentaba su largo The Insides Of Being The Owl Captain acompañado de más guitarra, bajo y teclados, y batería y palmas. Qué voz tiene este señor. Se le comparará con muchos, pero a todos nos dejó con los ojos bien abiertos por cómo pasaba del grito al susurro. Los gritos en las canciones dulces son como el olor a pan. El viernes vi cómo estos gritos provocaban un buzz, un suspiro conjunto, un salto entre todos. Nos tiraste algo más que vinilos. Lo bonito en cuarenta minutos.
Pequeña pausa y llegan Atención Tsunami, con su último trabajo Silencio en la retaguardia. Y, de verdad, mis ancestros se me tiran encima. Como si en esta guarida se hubiera colado nuestro tío golfo que pincha New Order mientras tratamos de seguir en nuestra época. Muy disfrutona mezcla en escena. Mucho. De sonreír. Y no como en el jazz, en el que la gozan, especialmente, los músicos, sino como en el rocanrol, que se disfruta en comunidad (esto será polémico, pero creo que es tan cierto como que el mar está lleno de agua). Y es que vaya ritmos, mezclados en santa y loca psicodelia. Había algo de drone, de tono cardíaco enfrentado con la cueva. Los ancestros, otra vez. Tres guitarras, tres. Bajo, batería, tres teclados, voz, coros, a los que se suma una amiga de la banda amiga Amparito a tocar más teclado. Tanta gente en tan poco espacio y que sonara gloria bendita merece subrayar el bravo trabajo técnico de Pedro en la mesa. Ser ecléctico es la máxima expresión de naturaleza. No serlo sería raro. En nuestros días. Creo yo. Mos maiorum. Siglo pasado y siglo presente. Y sigamos heredando. La narrativa es potente cuando habla de nosotros. Porque las groserías también son ideas. Casi más que ninguna. Arengas, spoken word distorsionado. Abandono de instrumentos. Psicodelia disfrutona. Progresión festiva. La alegría del ruido de estos señores me dio escalofríos en la nuca. Así. Sonando gloria. Que me corten a mí la cabeza. Cristina Berhó
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