ON CHAIN FEST – viernes 9 de septiembre. Sala Aliatar, Granada
CRISTINA BERHÓ / Sala ALIATAR (Granada)
El pasado fin de semana, 9 y 10 de septiembre, tuvo lugar en la sala Aliatar de Granada uno de los eventos musicales más esperados y mejor asistidos del año, el On Chain Fest. Sin duda fue una apertura de temporada bárbara a cargo de Fuzzy Chain, promotora que reúne diferentes éxitos en muy poco tiempo, y que gana más amigos y más público con su buen trabajo. En esta ocasión, presentaban cartel nacional e internacional potente, jugoso, ruidoso, melódico, ambicioso y ganador.
El viernes abría la jornada Perro Mojado. Esta banda granaína de punk rock nos presentaron su recién estrenado disco homónimo tratando de calentar el ambiente del local, que estaba aún recibiendo a cuentagotas al público. No es fácil ser los primeros, y, aunque la acústica de la sala no es la idónea para voces y agudos, las guitarras poderosas y la potencia rítmica del directo de esta banda hizo que los asistentes menearan rápidamente sus cabezas. La primera, dicen, siempre duele, pero pasado el escozor, Perro Mojado volvió a mostrarse cómodo en su lugar, el directo.
Siguieron Los Nastys, de Madrid, que trajeron generosamente su torrente de garaje luminoso y de diversión. Y es que las frecuencias graves unen, y la masa se hizo masa. La potente batería de la banda echaba a andar un concierto que presenció cómo la sala se fue llenando. No tardaron en aparecer los primeros espontáneos que se tiraban desde el escenario, las primeras cervezas escupidas, y, cómo no, los primeros pogos. Y es que la masa se hizo masa.
Con una multitud deseosa de seguir, aparecieron Thee Oh Sees. Cabeza de cartel. Músicos esperados y deseados. El chequeo del sonido se hizo en este momento por voluntad de los músicos, e hizo que tuviéramos una media horita larga de espera. A pesar de esto, con el primero, y digo primero, de los acordes de los de San Francisco, una gran masa de individuos hechos uno solo, saltamos. Su directo asalvajado nos hizo temblar los estómagos. El poder de las frecuencias y su influencia en lo físico. Dos baterías al unísono, bajo y guitarra, y voz. Y una sola masa de personas comulgando en el rocanrol. Nunca vio el Aliatar una cosa así. Muchos miembros de esta masa saltaban al escenario para volver a la masa madre. De contínuo, mientras la masa seguía subiendo y bajando. Diría que por una de estas incorporaciones, nos quedamos sin sonido amplificado por unos minutos, durante los cuales las baterías no pararon, en acústico, mientras el público seguíamos con los ojos abiertos para no perdernos nada. Personalmente uso tapones en los conciertos. El viernes preferí los acúfenos. Cristina Berhó
FUZZY CHAIN
PERRO MOJADO
LOS NASTYS
THEE OH SEES
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